Apéndices Informativos I: Adaptación Teatral de Illuminatus!

Por Mazzu Stardust


APÉNDICE ALFA: ADAPTACIONES DE ¡ILLUMINATUS!



Adaptación Teatral



En 1976 el director inglés de teatro experimental Ken Campbell y el asistente de dirección y actor Chris Langham escribieron una adaptación para interpretar sobre las tablas una audaz versión completa de la trilogía ¡Illuminatus!  El guión consistía en un ciclo de cinco obras (El Ojo en la Pirámide, Patada Veloz s. r. l., El Hombre que Asesinó a Dios, Walpurgisnacht Rock, y Leviatán), cada una de las cuales estaba integrada por cinco actos de 23 minutos de duración. El ciclo de obras se estrenó en la sala Science-Fiction Theatre de Liverpool el martes 23 de noviembre de 1976. Desde ese martes hasta el sábado 27 representaron una obra diferente por día, y el domingo interpretaron una versión maratónica de todas las partes amalgamadas (de aproximadamente 10 horas de duración).



A la izquierda, el director Ken Campbell, a su lado Chris Langham, coautor del guión y actor (interpretó a George Dorn)





Antes del estreno, en la publicación Fortean Times (página 23, número 17, agosto de 1976), el director K. Campbell anunciaba “si pueden lean la novela antes de ir a ver la obra, así no se perderán ningún detalle de su intrincada paranoia”.



El reparto estaba compuesto por 23 actores y actrices entre los que se contaban el mismo Langham como George Dorn, Jim Broadbent interpretando más de diez personajes (entre ellos el Sheriff Jim Cartwright), David Rappaport como Markoff Chaney, Prunella Gee (posteriormente madre de la hija de Ken Campbell) como Mavis, Eris, etc., John Joyce como Saul Goodman, y Neil Cunningham como Hagbard Celine entre otros.



Prunella Gee caracterizada como Mavis y David Rappaport como Markoff Chaney





La obra tuvo éxito en Liverpool y sorprendentemente (debido a su duración) fue aceptada por el National Theatre de Londres. Sir Peter Hall, por entonces director del National Theatre, escribió en sus Diarios[1] “(Ken Campbell) es un anarquista total y es imposible atraparlo. Su punto de vista es que ser serio es un crimen”. En ese espacio se estrenó el 4 de marzo de 1977 incorporando dos novedades: los fantásticos escenarios diseñados por Bill Drummond (quien posteriormente formara The JAMs, nombre tomado de la novela y luego el grupo tecnopop experimental KLF) y la aparición en escena de los autores Robert Anton Wilson y Robert Shea (entraron desnudos como extras en la escena de la misa negra oficiada por el Padre Pederastia).

Robert Anton Wilson (a la izquierda, con un cigarrillo en la boca) y Robert Shea durante una conferencia de prensa luego de la première de la puesta en escena de ¡Illuminatus! en Londres, 1977.

Afiche original de la presentación de la obra en el National Theatre en 1977



En la conferencia de prensa ofrecida luego de la función en el NT de Londres, los autores dieron su punto de vista sobre la adaptación:

Bob Shea: “Creo que es fantástica. Me sorprendió el trabajo magnífico que hicieron para capturar el tono exacto, la mezcla exacta entre realidad y fantasía que hay en el libro. Te deja muchas preguntas en la mente, y eso es lo que nosotros buscamos con la novela. He llegado a la conclusión de que esto no es literatura. La literatura ya fue, ¡Esto es magia!”

Bob Wilson: “No se qué pensarán otros espectadores, pero para mí el momento más sobrecogedor y poderoso de la obra es cuando Saul Goodman toma consciencia de su sentimiento de culpa por haber enviado gente a la silla eléctrica, y la forma en que lo interpretaron - dos veces: una sin emoción, y otra con emoción. Sucedió por accidente. La fotocopiadora sacó dos copias de esa página y los actores se encontraron repitiendo la misma escena dos veces, pero Campbell dijo ‘Esperen, ¡esto queda bien!’. Así concibieron la idea de hacerla dos veces: una sin emoción, y la otra muy emotiva. Creo que es una escena tremendamente poderosa. Y es una intervención directa de la Diosa. Ella siempre actúa de esa manera. Cada vez que sucede algo caótico e inesperado, los discordianos decimos ¡Salve Eris! (…)”

Arriba a la izquierda: Prunella Gee como la Diosa; arriba a la derecha P. Gee y Neil Cunningham como Hagbard Celine; abajo Jim Broadbent como el Sheriff Jim Cartwright y Chris Langham como George Dorn.

“(… continúa Wilson) Esa escena me hizo llorar. Siempre estuve en contra de la pena de muerte, y esa es una de las circunstancias más sentidas del libro. Luego de la muerte de mi hija (Luna, de 15 años, hija de R. A. Wilson y Arlen Riley, fue asesinada durante un robo en 1976) la gente comenzó a preguntarme ‘¿Todavía estás en contra de la pena de muerte?’ y la respuesta es si, absolutamente”.

En agradecimiento, Wilson dedicó su libro Cosmic Trigger I: The Final Secret of the Illuminati (1977) a “Ken Campbell y al grupo the Science-Fiction Theatre Of Liverpool, Inglaterra”. Más adelante, ‘casualmente’ en la página 223 del mismo libro, Wilson describe su experiencia[2]:

El 23 de noviembre de 1976 - día sagrado para los discordianos por el 23 mismo y por ser el cumpleaños de Harpo Marx - un joven inglés ingenioso llamado Ken Campbell estrenó una adaptación teatral de ¡Illuminatus! en el Science-Fiction Theatre de Liverpool. Tuvo bastante éxito (el Guardian publicó tres críticas muy entusiastas), y Campbell y su socio, el actor Chris Langhman, fueron invitados a presentarla como la primera producción del espacio Cottesloe, la nueva sala del Teatro Nacional de Londres, con el auspicio de Su Majestad la Reina. Esto me pareció la broma discordiana más grande del mundo, ya que ¡Illuminatus!, aunque no lo haya dicho antes, es la novela más rotundamente anarquista del siglo. Mientras la escribíamos, Shea y yo definimos nuestros propósitos como “intentar hacer con el Estado lo que Voltaire hizo con la Iglesia”: reducirlo a un mero objeto despreciable para cualquier persona ilustrada.

La adaptación de Ken Campbell fue totalmente fiel a nuestro espíritu nihilista y mantuvo intactos los largos y a veces tediosos parlamentos de la novela en donde se explica por qué todo lo que hace el gobierno siempre sale mal. A los espectadores no les molestaron esas lecturas pedantes porque estaban bien integradas dentro de un calidoscopio de humor, suspenso, y sexo (creo que fue la obra de teatro con más fellatios simuladas de la historia). La idea de representar este ritual completamente subversivo bajo el mecenazgo de S. M. la Reina Elizabeth II para mí fue néctar y ambrosía.

Los dirigentes del Teatro Nacional nos pagaron (a Shea y a mí) un vuelo para estar presentes durante el estreno de Londres, y yo me enamoré de todo el reparto, en especial de Prunella Gee, quien recibe enfáticamente mi voto como la actriz más sexy desde Marilyn Monroe. Nos juntamos con varios de ellos a beber y a fumar hash, y me contaron un montón de sincronicidades vinculadas a la producción. Cinco actores se lastimaron durante la representación de Liverpool, para cumplir con la Ley de los Cincos. Hitler vivió en Liverpool durante cinco meses cuando tenía 23 años de edad. El barrio de Liverpool donde se estrenó la obra y, en efecto, la misma calle del teatro,  fueron descritos en un sueño que Carl Jung registró en la página 223 de su libro Memorias, Sueños y Reflexiones. Ese teatro liverpoolense se inauguró el mismo día en que Jung falleció. Hay un submarino amarillo en ¡Illuminatus!, y los Beatles tocaron por primera vez “Yellow Submarine” en esa misma sala. El actor que interpretó al Padre Pederastia en la Misa Negra, una vez se encontró con Aleister Crowley en el tren.
John Joyce (Saul Goodman) y Prunella Gee (Mavis)

Los actores me desafiaron a hacer una pequeña aparición en escena durante la presentación londinense. Accedí, y me convertí en un extra de la Misa Negra apostado al lado de la cabra, que no paraba de estornudar.

Y allí estaba yo, en pelotas y canturreando “haz lo que quieras, esa es toda la ley” patrocinado por Elizabeth II, la reina de Inglaterra; nunca dejaré de preguntarme cuánto de esto fue programado por Crowley mucho antes de que yo naciera…

En 1978 la obra se presentó en EEUU (Seattle, Washington), y Wilson relata el suceso y una oscura sincronicidad en otro de sus libros, en este caso Prometheus Rising (1983)[3]:

CIANURO Y SINCRONICIDAD

En noviembre de 1978 viajé a Seattle para ver la función de diez horas de duración de la obra que Ken Campbell había creado a partir de ¡Illuminatus! En medio de la presentación apareció una escena que Shea y yo casi habíamos olvidado en esos siete años transcurridos desde la finalización de la novela en 1971. La escena involucraba a un mesías lunático que ordenaba a 3300 de sus discípulos a cometer suicidio bebiendo cianuro. Obedeciendo a ciegas, cada uno de los autómatas bebía su cóctel fatal. Shea y yo escribimos esa escena para ilustrar los extremos a los que puede conducir el lavado de cerebro. Ambos consideramos aquello como una fantasía extravagante con propósitos satíricos - una exageración de nuestro punto más serio. Sin embargo, mientras los actores en las tablas representaban esa “fantasía”, todos los diarios, y programas de radio y TV estaban discutiendo la misma tipo de conducta “zombie” masiva. En la ficción, nuestro gurú maniático era Adolf Hitler; en 1978, en Guayana, mientras nuestra novela era teatralizada, otro gurú maniático, Jim Jones, había llevado la escena a la realidad. Le ordenó beber cianuro a 900 de sus robots, y ellos le obedecieron. Para mí fue particularmente llamativo que Jones escenificara su Gotterdammerung mientras nuestra obra estaba siendo estrenada en los EEUU. E incluso fue aún más llamativo el hecho de que la herramienta de suicidio colectivo haya sido el cianuro, tanto en nuestra ficción como en la realidad de Jones.

Carl Jung, el psicólogo, y Wolfgang Pauli, el físico, tenían un nombre para las coincidencias peculiares con ese tipo de nivel de extrañeza. Las llamaban sincronicidades, y las describían como un principio natural acasual u holístico que actúa por fuera de la línea pasado-presente-futuro del tiempo newtoniano. Pauli, al igual que la mayoría de los físicos cuánticos, era consciente de que los eventos subatómicos no podían ser comprendidos mediante términos newtonianos, y que se requería cierto tipo de acasualidad (indeterminismo) u holismo (superdeterminismo) para explicarlos. En ambos casos, la diferencia entre “observador” y “observado” se desmorona. A su vez, Jung notó que dichas sincronicidades - coincidencias extrañas - tendían a ocurrir cuando se activaban ciertas estructuras profundas de la psique. Asumió que esas estructuras estaban en lo que llamó un “nivel psicoide”, por debajo del inconsciente colectivo, donde la mente y la materia se confunden…

Durante la década de los ‘80s la obra también fue representada en Amsterdam, en Frankfurt y en Israel.









[1] Peter Hall, Diaries, 1983, p.284.
[2] Robert Anton Wilson: Cosmic Trigger I: The Final Secret of the Illuminati, 1977, New Falcon Publications. Traducción de G. A. Mazzucchelli.
[3] Robert Anton Wilson: Prometheus Rising, 1983, New Falcon Publications. Traducción de G. A. Mazzucchelli.